Carla Franceschini

Estudia Licenciatura en Artes Plásticas con mención en Fotografía y más tarde realiza un Master en Arte con mención en Teoría e Historia del Arte. Ambos grados otorgados por la Universidad de Chile.
Durante muchos años se dedicó a hacer clases de fotografía y arte. Actualmente trabaja en el Archivo Fotográfico de la Biblioteca Nacional.

Desde hace un tiempo he estado investigando la historia del retrato post mortem. Este tipo de fotografía se refiere a retratos realizados a personas muertas. Tradición que fue muy popular en el siglo XIX y principios del XX, en Europa y América.
Fotografiar a los muertos se convirtió en algo normal e incluso los primeros fotógrafos hacían publicidad de su trabajo de retratos post mortem.
Fue perfectamente aceptada por la sociedad que vio en esta práctica algo normal, nunca fue percibido como una experiencia morbosa o extraña sino hasta mediados del siglo XX que se dejó de realizar también por higiene.
La colección de fetos y mortinatos del gabinete de teratología constituye una valiosa muestra de las malformaciones congénitas y alteraciones que ocurren durante el desarrollo y conforma una recopilación de cuerpos donados por sus propias madres desde hace mas de 80 años, proyecto desarrollado por el Prof. Gustavo Jirón Latapiat, anatomista connotado, senador de la República y hombre visionario de la disciplina anatómica y que impulsó la construcción de las dependencias que hoy forman el Instituto de Anatomía de la facultad de Medicina de la Universidad de Chile, sentando las bases así como sus predecesores , para el desarrollo de la Anatomía en Chile. La primera “guagua” que llegó fue una sirenomelia proveniente de Lebu; actualmente siguen acrecentando esta muestra aquellos cuerpos no retirados por diversas razones y que para la Institución constituye un valioso patrimonio para la docencia e investigación científica. Este Museo Teratológico, llegó a ser uno de los más grandes el mundo, no solo por el número sino también por la variedad de su colección y ha servido enormemente a las diversas generaciones de profesionales de la salud para el estudio de las malformaciones congénitas; de hecho un grupo de cirujanos que efectuó una de las ultimas intervenciones para separar a dos gemelos toracopagos, llevó a cabo su planificación y abordaje en dos de los gemelos de esta colección. Esta colección sigue estudiándose a la luz de las nuevas tecnologías, donde ya no es necesario efectuar una necropsia de los individuos, sino que a través de la resonancia magnética y la reconstrucción 3D es posible visualizar las estructuras internas y sus alteraciones morfológicas, efectuándose lo que se denomina una autopsia virtual; todo ello dado el valor histórico que representa esta muestra tan valiosa como antigua, donde es riesgoso para la integridad morfológica realizar incisiones u otro abordaje durante su estudio. A esto se une la batería de estudios moleculares que puede efectuarse en las nuevas adquisiciones así como estudios retrospectivos.
Mi trabajo pretende otorgarles un espacio fuera del lugar donde habitan, además de un espacio estético en la imagen fotográfica como antaño se les dio a los difuntos en la imagen post mortem.

Serie « Post Mortem ».
Fotografía digital 2009. Copia Digital 2009.
Santiago de Chile